EUROPA
PRESS
20
septiembre 2022
Las dietas no son mucho más saludables
hoy que hace treinta años
Una de las estimaciones más exhaustivas hasta la fecha sobre
la calidad de la dieta a nivel mundial y primer estudio que incluye resultados
entre los niños y los adultos --en 185 países-- concluye que la adherencia a
una dieta saludable no ha variado sustancialmente en todo el mundo durante los
últimos 30 años, según publican sus autores en la revista 'Nature
Food'.
En una escala de 0 a 100 de cómo se adhieren las personas a
las dietas recomendadas, siendo 0 una dieta pobre (piense en el consumo
excesivo de azúcar y carnes procesadas), y 100 representando el equilibrio
recomendado de frutas, verduras, legumbres/frutos secos y cereales integrales,
la mayoría de los países obtendrían una puntuación de alrededor de 40,3.
A nivel mundial, esto representa un pequeño, pero
significativo, aumento de 1,5 puntos entre 1990 y 2018, informan hoy
investigadores de la Escuela Friedman de Ciencia y Política de la Nutrición de
la Universidad de Tufts, en Estados Unidos
El estudio, pone de manifiesto los retos que existen en todo
el mundo para fomentar una alimentación saludable, señalan los autores. Aunque
los avances globales fueron modestos, hubo una notable variación por países,
con opciones nutritivas más populares en Estados Unidos, Vietnam, China e Irán,
y menos en Tanzania, Nigeria y Japón.
"La ingesta de legumbres/frutos secos y verduras sin
almidón aumentó con el tiempo, pero las mejoras generales en la calidad de la
dieta se vieron compensadas por el aumento de la ingesta de componentes poco
saludables, como la carne roja/procesada, las bebidas azucaradas y el
sodio", afirma la autora principal, Victoria Miller, científica visitante
de la Universidad McMaster de Canadá, que inició este estudio como becaria postdoctoral con Dariush Mozaffarian, decano
de Políticas y profesor Jean Mayer de Nutrición en la Escuela Friedman, y autor
principal del trabajo.
La mala alimentación es una de las principales causas de
enfermedad, responsable del 26% de las muertes evitables en todo el mundo.
Aunque se necesitan urgentemente intervenciones y políticas de apoyo a la
alimentación sana, se sabe poco sobre las diferencias en la calidad de la dieta
según criterios demográficos como la edad, el sexo, la educación o la
proximidad a zonas urbanas, información útil para orientar las campañas de
salud pública.
Miller y sus colegas abordaron esta carencia midiendo los
patrones alimentarios globales, regionales y nacionales entre adultos y niños
de 185 países, basándose en los datos de más de 1.100 encuestas de la Base de
Datos Dietética Mundial, una gran recopilación de datos sobre los niveles de
consumo de alimentos y nutrientes en todo el mundo.
El resultado principal de los investigadores fue la escala
de 0 a 100 conocida como Índice Alternativo de Alimentación Saludable, una
medida validada de la calidad de la dieta.
A nivel regional, los promedios oscilaron entre un mínimo de
30,3 en América Latina y el Caribe y un máximo de 45,7 en el sur de Asia. La
puntuación media de los 185 países incluidos en el estudio fue de 40,3. Sólo 10
países, que representan menos del 1% de la población mundial, obtuvieron una
puntuación superior a 50. Los países con mayor puntuación del mundo fueron Vietnam,
Irán, Indonesia e India, y los de menor puntuación fueron Brasil, México,
Estados Unidos y Egipto.
A nivel mundial, entre los adultos, las mujeres tenían más
probabilidades de seguir las dietas recomendadas que los hombres, y los adultos
mayores más que los jóvenes.
"La alimentación saludable también se vio influida por
factores socioeconómicos, como el nivel educativo y la urbanidad --precisa
Miller--."A nivel mundial y en la mayoría de las regiones, los adultos más
educados y los niños con padres más educados generalmente tenían una mayor
calidad dietética en general".
"De media en todo el mundo, la calidad de la dieta
también era mayor entre los niños más pequeños, pero luego empeoraba a medida
que los niños envejecían --añade--. Esto sugiere que la primera infancia es un
momento importante para las estrategias de intervención para fomentar el
desarrollo de preferencias alimentarias saludables".
Los investigadores señalan que hay que tener en cuenta
algunas imitaciones del estudio, como los errores de medición en los datos
dietéticos, la disponibilidad incompleta de la encuesta en algunos países y la
falta de información sobre algunas consideraciones dietéticas importantes, como
la ingesta de grasas trans. Sin embargo, los
resultados ofrecen puntos de referencia clave para la comparación a medida que
se añade nueva información a la Base de Datos Dietéticos Mundial.
Los investigadores afirman que la escala y el detalle del
estudio permiten a los investigadores en nutrición, a las agencias sanitarias y
a los responsables políticos comprender mejor las tendencias de la ingesta
dietética que pueden utilizarse para establecer objetivos e invertir en
acciones que fomenten una alimentación saludable, como la promoción de comidas
compuestas por productos, mariscos y aceites vegetales.
"Descubrimos que tanto la escasez de alimentos
saludables como el exceso de alimentos poco saludables contribuían a los
desafíos globales para alcanzar la calidad dietética recomendada --subraya Mozaffarian--. Esto sugiere que las políticas que
incentivan y recompensan más alimentos saludables, como en la asistencia
sanitaria, los programas de bienestar de los empleadores, los programas de
nutrición del gobierno y las políticas agrícolas, pueden tener un impacto
sustancial en la mejora de la nutrición en los Estados Unidos y en todo el
mundo.
El equipo de investigación tiene previsto estudiar a
continuación la forma en que los diferentes aspectos de las dietas deficientes
contribuyen directamente a las principales enfermedades en todo el mundo, así
como modelar los efectos de diversas políticas y programas para mejorar las
dietas a nivel mundial, regional y nacional.